Este miércoles 9 de abril de 2025, el conocido y polémico periodista costarricense Camilo Rodríguez Chaverri fue detenido en las afueras de las oficinas del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) en Heredia, específicamente en la localidad de Mercedes Norte. Según el reporte oficial de las autoridades, la detención se llevó a cabo luego de que el periodista presuntamente ingresara por la fuerza a las instalaciones del PANI, una entidad pública donde, en teoría, el acceso no está restringido para los ciudadanos. El director regional de la Fuerza Pública de Heredia, Adrián Noguera, explicó que la acción policial se desencadenó tras recibir una llamada al sistema de emergencias 911, en la cual se denunció que Rodríguez había agredido físicamente y amenazado verbalmente a una funcionaria de la institución. Sin embargo, apenas unas horas después de su arresto, el Ministerio Público desestimó el caso por falta de pruebas suficientes, y el periodista fue puesto en libertad.
El momento de la detención fue captado en varios videos que circularon rápidamente en redes sociales. En las imágenes se observa cómo Rodríguez fue sacado del lugar esposado por agentes de la Fuerza Pública y trasladado en un vehículo policial, comúnmente conocido como «perrera», hacia un centro médico. Allí, según fuentes cercanas al caso, se le realizaron evaluaciones psiquiátricas para determinar su estado mental tras el incidente. En los videos también se aprecia el apoyo de varias personas presentes en el lugar, quienes gritaban su nombre y expresaban respaldo a su causa, reconociendo su lucha pública de varios años. Este incidente no es un hecho aislado, sino que se enmarca en una larga y controvertida batalla personal y profesional que ha convertido a Rodríguez en una figura tanto admirada como cuestionada en Costa Rica.

La lucha de Camilo Rodríguez
Camilo Rodríguez Chaverri lleva más de tres años inmerso en una lucha encarnizada por recuperar el contacto con tres de sus hijos, quienes le fueron separados tras una serie de denuncias presentadas por su ex pareja. Según el periodista, estas acusaciones, que incluían supuestos casos de abuso infantil, fueron fabricadas con la colaboración de un grupo de abogados, psicólogas y peritos. Cabe destacar que, en un juicio posterior, dichas acusaciones fueron desestimadas por falta de pruebas, y se comprobó que algunos de los peritos involucrados presentaron credenciales falsas, mientras que varias psicólogas implicadas fueron suspendidas de sus colegios profesionales. A pesar de esta resolución judicial, el PANI no ha restablecido el régimen de visitas entre Rodríguez y sus hijos, lo que ha alimentado su cruzada contra la institución.
A lo largo de este tiempo, Rodríguez ha utilizado sus plataformas en redes sociales para denunciar lo que él considera graves irregularidades dentro del PANI y del sistema judicial costarricense. Sus acusaciones han sido directas y detalladas, incluyendo nombres, apellidos, fotografías y videos que, según él, evidencian nexos entre funcionarios públicos, abogados y figuras vinculadas al narcotráfico en Costa Rica. Estas declaraciones le han valido tanto un amplio respaldo popular como serias amenazas contra su vida. Uno de los episodios más escalofriantes ocurrió en 2023, cuando una cabeza de cerdo fue dejada en una caja junto a su vehículo, acompañada de documentos relacionados con su caso, un mensaje que él interpretó como una advertencia directa desde sectores poderosos que buscan silenciarlo.
La batalla personal de Rodríguez también ha tenido un costo emocional y profesional devastador. La madre de sus hijos, quien según él actúa movida por el odio, ha logrado privarlo completamente de contacto con ellos, sumiéndolo en un estado de profunda tristeza, depresión y problemas de salud. Además, las falsas acusaciones iniciales, aunque desmentidas, afectaron su carrera en medios tradicionales, donde se desempeñaba con éxito. Varios de estos medios le cerraron las puertas por temor a represalias o por la controversia que lo rodeaba, lo que lo llevó a reinventarse como periodista independiente. Desde entonces, ha ganado una significativa audiencia en redes sociales, donde miles de costarricenses lo siguen y apoyan, viéndolo como un símbolo de resistencia contra un sistema que perciben como corrupto.
¿Por qué el PANI no resuelve el caso?
El estancamiento del caso de Rodríguez ha generado cuestionamientos sobre el rol del PANI. Cuando un grupo de activistas de derechos humanos en Costa Rica consultó a las autoridades de la institución sobre por qué no se ha restablecido el contacto entre el periodista y sus hijos, la respuesta fue que el asunto había trascendido al ámbito judicial, dejando al PANI sin competencia para intervenir directamente. Sin embargo, esta explicación no ha convencido a muchos, especialmente porque el caso lleva años atrapado en un limbo legal, entre querellas, apelaciones y discusiones que no avanzan.
Rodríguez, por su parte, ha ido más allá, señalando que detrás de esta inacción hay intereses oscuros. En sus denuncias públicas, ha apuntado a figuras como Simón Ángulo, abogado conocido por representar a un narcotraficante apodado «Manzanita», y a Celso Gamboa, exministro de Seguridad y exmagistrado de la Sala III de la Corte Suprema de Justicia, quien ha sido vinculado legalmente al narcotraficante conocido como «Pancho Villa». Estos señalamientos han puesto en el foco público la posible influencia de redes de poder y crimen organizado en el sistema judicial y en instituciones como el PANI, alimentando la narrativa de corrupción que Rodríguez defiende con vehemencia.

Lo más reciente: un complot contra el presidente Chaves
En los últimos días, Camilo Rodríguez ha intensificado sus acusaciones, afirmando que existe un complot para incriminar al presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, y vincularlo con actividades ilícitas. Según el periodista, este plan involucraría a figuras como el exfiscal general Francisco Javier Dall’Anese Ruiz, un jurista de renombre que también dirigió la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Rodríguez asegura haber recibido informes confidenciales que advierten sobre planes para hacerle daño físico, en represalia por sus constantes revelaciones.
Estas denuncias no han caído en saco roto. El pasado 8 de abril de 2025, se dio a conocer que el fiscal general Carlo Díaz presentó una acusación formal contra el presidente Chaves por un presunto delito de concusión, relacionado con irregularidades en la contratación de servicios de comunicación gubernamental con fondos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Este caso, que podría llevar al levantamiento de la inmunidad presidencial si prospera en el Congreso, fue visto por algunos como una confirmación de las advertencias de Rodríguez. El periodista también ha cuestionado a Díaz, acusándolo de irregularidades en su gestión, como el supuesto favoritismo hacia su pareja en ascensos dentro del sistema judicial, una denuncia que fue respaldada por la diputada oficialista Pilar Cisneros en recientes declaraciones públicas.
Contexto y repercusiones
El caso de Camilo Rodríguez no solo refleja una tragedia personal, sino que ha destapado una caja de Pandora en Costa Rica, un país tradicionalmente visto como un oasis de estabilidad en Centroamérica. Sus acusaciones han resonado en un momento de creciente desconfianza hacia las instituciones públicas, alimentada por escándalos como los señalamientos de corrupción contra el gobierno de Chaves y las sospechas de infiltración del narcotráfico en el sistema judicial. Mientras tanto, Rodríguez sigue siendo una figura polarizante: para algunos, un valiente defensor de la verdad; para otros, un hombre obsesionado que ha cruzado la línea entre el periodismo y el activismo personal. Lo cierto es que su historia, marcada por la detención del 9 de abril y su posterior liberación, sigue captando la atención de una sociedad que busca respuestas en medio de la incertidumbre.