Ciudad del Vaticano, 8 de mayo de 2025 — La Capilla Sixtina, envuelta en un silencio solemne, fue el escenario donde 133 cardenales de todo el mundo se reunieron para elegir al sucesor del Papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025. Tras apenas 24 horas de deliberaciones, la fumata blanca ascendió desde la chimenea a las 18:07, hora local, desatando una ola de júbilo en la Plaza de San Pedro. Minutos después, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti pronunció las palabras que resonaron en el corazón de millones: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!”. El elegido fue Robert Francis Prevost, quien adoptó el nombre de León XIV, convirtiéndose en el primer papa estadounidense y el segundo de América Latina.
Un Cónclave Rápido y Sorprendente
El cónclave, iniciado el 7 de mayo, se anticipaba como uno de los más disputados de la historia reciente, dada la diversidad de visiones dentro del Colegio Cardenalicio. Sin embargo, en solo cuatro votaciones, Prevost logró los dos tercios necesarios (89 votos) para ser elegido. Según analistas vaticanos, su candidatura ganó fuerza gracias al respaldo de cardenales norteamericanos, latinoamericanos progresistas y asiáticos, quienes buscaban un líder que continuara el legado pastoral y sinodal de Francisco, pero con un enfoque conciliador.
Aunque nombres como el del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, sonaban con fuerza en las primeras rondas, Prevost emergió como una figura de consenso. Su trayectoria como misionero en Perú, su formación agustiniana y su papel como prefecto del Dicasterio para los Obispos desde 2023 lo posicionaron como un candidato que equilibraba tradición y renovación. La elección de un estadounidense rompió con una tradición no escrita que desaconsejaba elegir papas de superpotencias, reflejando la creciente internacionalización de la Iglesia.
El Anuncio y las Primeras Palabras
A las 19:12, León XIV apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro, visiblemente emocionado pero sereno. Vestido con la sotana blanca, saludó a la multitud con un mensaje que marcó el tono de su pontificado: “La paz esté con ustedes”, palabras que evocaron el saludo de Cristo resucitado. En un discurso de menos de diez minutos, pidió construir puentes de diálogo y ser una Iglesia misionera, abierta a los que sufren. Sorprendió al mundo al hablar en español para saludar a la diócesis de Chiclayo, en Perú, donde sirvió como obispo: “Un saludo en particular a mi querida Diócesis de Chiclayo, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo”.
El nuevo papa rindió homenaje a su predecesor, agradeciéndole por su legado de cercanía a los pobres y compromiso con la paz. Antes de concluir con una bendición Urbi et Orbi, invitó a los fieles a rezar un Ave María, un gesto que desató una ovación y cánticos de “Leone! Leone!” en la plaza.
¿Quién es León XIV?
Robert Francis Prevost, nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, es un agustino de 69 años con raíces españolas por parte materna y nacionalidad peruana adquirida en 2015. Su vida ha estado marcada por el servicio en las periferias: vivió 40 años en Perú, donde fue misionero en regiones como Apurímac e Iquitos, y obispo de Chiclayo entre 2015 y 2023. Ordenado sacerdote en 1982, su formación incluye una licenciatura en Matemáticas, una maestría en Divinidad y un doctorado en Derecho Canónico.
Prevost es conocido por su compromiso con la justicia social, la lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia y su apoyo a la sinodalidad promovida por Francisco. Aunque se opone a la ordenación de mujeres, defiende un mayor rol femenino en la toma de decisiones eclesiales. Sus posturas sobre el cambio climático, la migración y los derechos de los más vulnerables lo alinean con una visión progresista moderada, aunque sus comentarios sobre temas como la comunidad LGTBI han generado debate.
Reacciones y Expectativas
La elección de León XIV desató una cascada de reacciones. En Chicago, su ciudad natal, los feligreses de la catedral del Santo Nombre celebraron que un antiguo monaguillo de barrios obreros llegara a la silla de Pedro. El alcalde Brandon Johnson calificó el momento como “uno de los más grandes en la historia moderna de nuestra ciudad”. En Perú, el entusiasmo se reflejó en el mercado de Gamarra, donde camisetas con la imagen de León XIV comenzaron a venderse a las pocas horas.
Líderes mundiales, desde el rey Felipe VI de España hasta la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, felicitaron al nuevo pontífice, destacando su llamado a la paz y el diálogo. Sin embargo, no estuvo exento de controversia: horas antes de su elección, Prevost se enfrentó en Roma con reporteros del medio ultraconservador Infovaticana, ligado a Vox, que lo acusaban de encubrir abusos en Perú, algo que su sucesor en Chiclayo, Edinson Farfán, desmintió categóricamente.
En las redes sociales, su cuenta en X, verificada rápidamente tras el anuncio, pasó de 10,000 a más de 250,000 seguidores en pocas horas. Algunos de sus antiguos tuits, críticos con las políticas migratorias de Donald Trump y JD Vance, generaron tanto aplausos como críticas, evidenciando la polarización que enfrentará.
Un Pontificado de Puentes
En su primera misa con los cardenales en la Capilla Sixtina, el 9 de mayo, León XIV se describió como un “fiel administrador” de la misión de Cristo, llamado a llevar la cruz con humildad. Su elección del nombre León XIV, en homenaje a León XIII, sugiere una intención de retomar la doctrina social de la Iglesia, enfocada en la justicia y los más desfavorecidos.
Con la misa de entronización programada para el 18 de mayo, el mundo observa los primeros pasos de un papa que promete continuidad con el espíritu de Francisco, pero con un estilo propio forjado en las periferias de América Latina. En un mundo marcado por conflictos, polarización y desafíos globales, León XIV asume el timón de la Iglesia con un mensaje claro: ser un puente hacia la paz y la unidad.
