Ciudad del Vaticano, 26 de abril de 2025 — Hoy, la Plaza de San Pedro fue el escenario de una emotiva ceremonia fúnebre para despedir al Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano, fallecido el pasado lunes 21 de abril a los 88 años debido a un ictus cerebral, coma y colapso pulmonar. La liturgia, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, reflejó la visión austera y pastoral de Jorge Mario Bergoglio, quien transformó el papado con un mensaje de humildad y cercanía a los más desfavorecidos.
La ceremonia, que congregó a más de 400,000 fieles y 160 delegaciones internacionales, incluidas figuras como los reyes de España Felipe VI y Letizia, el presidente estadounidense Donald Trump, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y el presidente argentino Javier Milei, destacó por su simplicidad, en línea con las reformas introducidas por Francisco en 2024 al libro litúrgico Ordo Exsequiarum Romani Pontificis. El féretro de madera única, sin los tradicionales tres ataúdes de ciprés, plomo y roble, simbolizó su rechazo a la pompa. Las oraciones de los fieles, pronunciadas en idiomas como chino, español y árabe, reflejaron su apertura a una Iglesia más universal, especialmente tras el Acuerdo Provisional con China en 2018 para el nombramiento de obispos.
El papado de Francisco: un legado de humildad y reforma
Jorge Mario Bergoglio, nacido en Buenos Aires, Argentina, fue elegido Papa el 13 de marzo de 2013 tras la renuncia de Benedicto XVI, un evento histórico que marcó el primer cónclave en siglos convocado sin la muerte de un pontífice. Su nombramiento respondió a la necesidad de una Iglesia más pastoral y menos centrada en la burocracia vaticana, en un contexto de escándalos financieros y casos de abusos sexuales. Francisco, jesuita y arzobispo de Buenos Aires, fue visto como un líder capaz de renovar la institución con un enfoque en la misericordia y la inclusión.
Durante sus 12 años de pontificado, Francisco dejó un legado transformador. Promovió una Iglesia “pobre y para los pobres”, viviendo en la residencia de Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico y viajando en vehículos modestos. Su encíclica Laudato Si’ (2015) posicionó a la Iglesia como una voz global en la lucha contra el cambio climático, mientras que Amoris Laetitia (2016) abrió debates sobre la acogida a divorciados y personas en uniones no tradicionales. Nombró al 80% de los 135 cardenales que participarán en el próximo cónclave, diversificando el Colegio Cardenalicio con representantes de 71 países, lo que garantiza una Iglesia más global. Además, enfrentó resistencias internas al abordar los abusos sexuales en la Iglesia y reformar las finanzas vaticanas, aunque no sin críticas por la lentitud en algunos procesos.
Francisco también destacó por su diplomacia, mediando en conflictos como el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos en 2014 y abogando por la paz en Ucrania y Medio Oriente. Su compromiso con los migrantes, los presos y los marginados se reflejó en gestos como lavar los pies de reclusos y donar 200,000 euros de su cuenta personal a presos antes de su muerte.
Agenda del funeral y detalles relevantes
El funeral comenzó a las 10:00 horas (hora local) en la Plaza de San Pedro, bajo estrictas medidas de seguridad que incluyeron 4,000 policías, drones y una zona de exclusión aérea. La liturgia incluyó la lectura del Rogito, un documento en latín que resume la vida y el pontificado de Francisco, depositado en un cilindro metálico dentro del ataúd junto a monedas y medallas de su papado. La homilía del cardenal Re hizo eco de la primera frase de Francisco como Papa, pidiendo oraciones por él, y rogó por su intercesión por la cristiandad.
Tras la ceremonia, el féretro fue trasladado en un cortejo por las calles de Roma hasta la Basílica de Santa María la Mayor, donde Francisco pidió ser enterrado por su devoción a la Virgen Salus Populi Romani. Este traslado, seguido por miles de fieles, pasó por monumentos icónicos de la ciudad, acompañado por el canto del responso Libera me, Domine, de morte aeterna. A las 13:00 horas, se celebró una ceremonia privada de entierro, presidida por el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell, con la presencia de familiares y autoridades eclesiásticas.
La capilla ardiente, abierta desde el miércoles 23 de abril, permitió a más de 250,000 personas despedirse del Papa en la Basílica de San Pedro. El viernes 25, a las 20:00 horas, se realizó el rito de cierre del féretro en el Altar de las Confesiones, donde se cubrió el rostro de Francisco con un velo de seda blanca. Las Novendiales, nueve días de misas en su honor, comenzaron hoy y culminarán el 4 de mayo con una misa presidida por el cardenal Dominique Mamberti.
Un adiós que marca el futuro
El funeral no solo despidió a un líder espiritual, sino que sirvió como un escenario diplomático, con encuentros como el de Trump y Zelenski, descrito como “muy productivo”. La presencia de figuras como Julian Assange, agradecido por el apoyo de Francisco en su liberación, añadió un matiz político al evento. Mientras el Vaticano se prepara para el cónclave, que comenzará en 15 a 20 días para elegir al Papa número 267, el mundo reflexiona sobre el legado de Francisco: una Iglesia más humana, abierta y comprometida con los desafíos del siglo XXI.
Fuentes: El Confidencial, BBC News Mundo, El País, CNN Español, Mundiario