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Meloni al rescate de la Unión Europea

Washington, 17 de abril de 2025 – La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se convirtió ayer en la primera líder europea en pisar la Casa Blanca desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, desatara una guerra comercial con la imposición de aranceles a las exportaciones de la Unión Europea (UE). Su visita, cargada de simbolismo y expectativas, buscó tender puentes entre Washington y Bruselas en un momento de máxima tensión económica y geopolítica.

Una agenda centrada en los aranceles y Ucrania

El encuentro entre Meloni y Trump, que incluyó una reunión bilateral en el Despacho Oval y un almuerzo a puerta cerrada, tuvo como eje principal la crisis arancelaria. Meloni, respaldada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propuso la eliminación recíproca de aranceles industriales, una idea que busca evitar una escalada comercial que podría devastar sectores clave como el automotriz y el agrícola, especialmente en Italia, donde el 10% de las exportaciones van a EE.UU.

Además de los aranceles, ambos líderes abordaron la guerra en Ucrania, con énfasis en las negociaciones para un posible cese del fuego. Meloni, consciente de la sintonía ideológica con Trump, también discutió el gasto en defensa de la OTAN –donde Italia se compromete a alcanzar el 2% de su PIB– y la inmigración irregular, un tema en el que ambos comparten posturas duras. Trump alabó la política migratoria de Meloni, instando a la UE a “espabilar” en este ámbito.

La agenda se completó con un gesto diplomático: Meloni invitó a Trump a visitar Roma, una oportunidad para relanzar el diálogo con las instituciones europeas. El presidente aceptó, aunque sin fecha confirmada, lo que refuerza la posición de Meloni como interlocutora privilegiada.

El problema económico: los aranceles de Trump

La política proteccionista de Trump ha sacudido el comercio global. Desde abril, EE.UU. impuso aranceles del 10% a las importaciones europeas, con tasas adicionales del 25% al acero, aluminio y automóviles, tras una pausa de 90 días en gravámenes más altos del 20%. Esta ofensiva, que Trump justifica como una forma de “hacer a EE.UU. rico”, amenaza con desencadenar una guerra comercial transatlántica.

Italia, con su fuerte dependencia de las exportaciones a EE.UU., siente la presión. Empresas automotrices y agrícolas, pilares de su economía, enfrentan un impacto directo. Meloni, aunque calificó los aranceles como “equivocados”, evitó un tono confrontacional, apostando por el diálogo. “Creo en la unidad de Occidente y en encontrar un camino intermedio para crecer juntos”, declaró, parafraseando el lema de Trump al afirmar que su objetivo es “hacer a Occidente grande de nuevo”.

Trump, por su parte, se mostró optimista pero firme: “Habrá un acuerdo comercial, al 100%, pero será justo”. Sin embargo, no ofreció avances concretos, dejando en el aire si aceptará la propuesta de “aranceles cero” de la UE.

Desaciertos de la UE ante la política de Trump

La UE ha mostrado una respuesta descoordinada frente a la agresividad comercial de Trump. Mientras países como Francia y Alemania abogan por una línea dura, incluyendo posibles sanciones a empresas tecnológicas estadounidenses, Italia y Meloni han optado por la negociación. Esta división ha debilitado la posición europea, permitiendo a Trump negociar desde una posición de fuerza.

El intento de la UE de responder con contraaranceles, suspendido tras la tregua de 90 días, fue criticado por Meloni como una medida que “no beneficia a nadie”. Además, su propuesta de revisar normativas como el Pacto Verde Europeo, que considera restrictivas para la industria automotriz, refleja una crítica interna a las políticas de Bruselas, vistas como poco flexibles ante el desafío transatlántico.

La cercanía de Meloni con Trump, aunque estratégica, genera recelo en algunos socios europeos. Líderes como Emmanuel Macron y Keir Starmer temen que su sintonía ideológica pueda diluir la postura unificada de la UE. Sin embargo, su capacidad para “hablar trumpiano” –como señaló la prensa– la posiciona como una mediadora única, aunque arriesgada.

Un delicado equilibrio

La visita de Meloni no logró un acuerdo inmediato, pero consolidó su rol como puente entre la UE y la Casa Blanca. Su próximo encuentro con el vicepresidente J.D. Vance en Roma, hoy 18 de abril, y la promesa de una visita de Trump a Italia refuerzan esta dinámica.

En un contexto de incertidumbre económica y tensiones geopolíticas, Meloni se juega su credibilidad. Si logra suavizar la postura de Trump, ganará prestigio como salvadora de los intereses europeos. Pero si fracasa, las críticas internas y externas podrían poner en jaque su estrategia de equilibrista entre Washington y Bruselas. Por ahora, la primera ministra italiana ha demostrado que, en la tormenta desatada por Trump, su voz es una de las pocas que el presidente estadounidense está dispuesto a escuchar.

Reunión de TRUMP con la primera ministra de Italia Giorgia Meloni.

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